Notas del padre: 8 de junio de 2025
- Father Todd O. Strange

- 7 jun
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El pasado domingo (1 de junio) se celebró la festividad de un santo importante: Justino Mártir. Nacido alrededor del año 100 d. C., a unos 50 kilómetros al norte de Jerusalén, sus escritos nos revelan detalles sobre él mismo. Cuenta que tuvo el privilegio de recibir una educación, pero sus estudios lo dejaron insatisfecho, pues no lograron responder a las preguntas filosóficas sobre el origen de las cosas y quién las creó. En busca de estas respuestas, exploró una amplia gama de sistemas filosóficos.
Lo que finalmente caló hondo en él provino de un encuentro fortuito cerca de la orilla del mar con un anciano cristiano. Hablaron, y el anciano comenzó a contarle a Justin sobre los antiguos profetas de la Biblia.
Justino quedó cautivado por lo que escuchó, al haber encontrado finalmente algo poderoso en la conexión entre Cristo, «el Verbo» (en griego, logos, que significa «palabra», «afirmación» o «enunciación») y las profecías del Antiguo Testamento. Justino se convirtió en un maestro itinerante de esta asombrosa verdad. Dada su formación filosófica y su manera de pensar, fue uno de los primeros en aplicar la argumentación filosófica al Evangelio.
Dos de sus escritos se conservan y fueron utilizados en su momento para dirigirse al emperador romano y al Senado. Justino defendió el cristianismo de numerosas interpretaciones distorsionadas, incluyendo rumores de incesto y canibalismo (¡en serio!)... que el bautismo y la Eucaristía eran magia negra... y que el cristianismo era ateo porque los cristianos se negaban a participar en el culto público romano.
Tras haber residido un tiempo en Roma, donde se había dado a conocer como cristiano, en el año 165 d. C., Justino fue arrestado junto con seis compañeros y llevado a juicio. Cuando se les informó que debían ofrecer sacrificios a los dioses romanos, se negaron. El prefecto romano declaró: «Quienes se han negado a sacrificar a los dioses y a obedecer la orden del emperador, sean azotados y llevados a sufrir la pena capital…». Justino y sus compañeros fueron decapitados, dando testimonio de su fe en Jesús.
Nos enseña la importancia de seguir planteando y buscando las preguntas difíciles. No te preocupes si las respuestas no son fáciles. No te preocupes si te esfuerzas, si te cuesta encontrar las respuestas. Pero no te rindas.
El problema es que demasiadas personas no se lo preguntan. Están absortas en las cosas superficiales de la vida (redes sociales, series en Hulu o Netflix, deportes) o simplemente optan por la salida fácil, dejándose llevar por la opinión generalizada. En ambos casos, las preguntas importantes se pierden. La educación que has recibido hasta ahora —así como el amor y la guía de tus padres y familia— tiene como objetivo brindarte un marco para explorar estas preguntas. ¡Persigue estas preguntas con valentía! ¡Busca la verdad! San Justino… ¡ruega por nosotros!
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