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Domingo de Ramos de la Pasión del Señor, Ciclo C (2025)

Los invito a que hagamos de esta semana algo diferente. No nos dediquemos a nuestras tareas cotidianas como cualquier otra semana. Reflexionen sobre qué les ayuda a concentrarse y a comprender el significado y todo lo que esta semana nos depara.

 

Me encontré hablando de una peregrinación que tuve la dicha de realizar. Una familia conocida nos invitó, junto con el padre Jerry Burns, a una peregrinación a Tierra Santa. Éramos simplemente invitados, no los capellanes de la peregrinación. Semanas antes del viaje, el sacerdote que sería el capellán se puso en contacto con nosotros. Nos pidió que revisáramos el itinerario y todos los lugares sagrados donde celebraríamos la misa cada día, lo cual fue un gesto muy amable. El padre Jerry pidió ser el celebrante en el Monte de las Bienaventuranzas. Yo, por mi parte, fui más allá y pregunté si podía ser el celebrante principal en la Iglesia del Santo Sepulcro, el lugar donde crucificaron a Jesús. Anticipé que me dirían que no y que eligiera otra opción. Afortunadamente, mi petición fue aceptada.

 

Comenzamos nuestra peregrinación en Galilea, a unas horas al norte en coche, la zona donde Jesús creció y desarrolló su ministerio. ¡Un momento! Ahí se encuentran muchos de los lugares importantes de los que leemos en los evangelios una y otra vez.


Pero luego continuamos nuestra peregrinación a Jerusalén. Como sucedió con la vida terrenal de Jesús, allí concluiría la nuestra. Recuerdo la mañana en que celebraríamos la misa en la Iglesia del Santo Sepulcro. El día anterior nos habían dicho que madrugaríamos mucho. Así que subimos al autobús a las 4:45 de la mañana y, quince minutos después, llegamos a las puertas de la antigua muralla que daban acceso a la Ciudad Vieja. Allí comenzamos a recorrer la Vía Dolorosa, el camino que Jesús cargó con su cruz. En la oscuridad de la noche, solos nosotros y las ratas, rezamos las estaciones que nos condujeron al recinto de la Iglesia del Santo Sepulcro.

 

Nada más entrar, unas escaleras dentro del edificio nos llevaron cuesta arriba. En lo alto se encontraba el lugar donde había estado la cruz de Jesús: el Calvario. Sobre ese mismo sitio hay un altar, y uno puede meterse debajo para descansar un momento y sentir el interior del agujero. Después, bajamos por otras escaleras que nos condujeron a un nivel inferior de la colina, donde, inmediatamente a nuestra derecha, había una cueva, conocida tradicionalmente como la tumba de Adán. Al entrar en la cueva, uno se encuentra justo debajo del lugar donde estuvo la cruz de Jesús.


Cuando pensamos en cómo los evangelios nos dicen que en el momento de la muerte de Jesús ocurrió un terremoto, las grietas y fisuras de la roca de esa colina habrían recibido la sangre que goteó del pie de Jesús, bajando por la cruz y a través de las fisuras de la roca, hasta llegar a la tumba de Adán. En efecto, es la sangre del nuevo Adán la que redime al viejo. Para quienes hayan visto crucifijos con una calavera y dos tibias cruzadas justo debajo de los pies de Jesús, eso es precisamente lo que representa.

 

Poco después, estábamos listos para la misa. De entre las miles de veces que he celebrado misa, y admito que no siempre he estado completamente presente, hay momentos que destacan por su intensidad y la fuerza del lugar, tan presentes en mi conciencia, que me siento abrumado por la experiencia. Al comenzar esta semana, esa experiencia sigue viva en mi mente y me invita a reflexionar sobre lo que nos espera.

 

Pero otro factor que me atrae de esto es ver la serie elegida. ¿Sabías que actualmente se está proyectando en nuestros cines? Está magníficamente realizada y me ayuda a mantenerme al tanto de los acontecimientos de esta semana.

 

Lo que acabamos de escuchar en esta apasionante narración que proclamamos juntos es un anticipo, o quizás más bien un tráiler de una película. Además, las palmas que tienes en tus manos son tu entrada. ¿Qué te ayudará a ti? ¿Cómo te darás el espacio y el tiempo, y también aquello que te permita reflexionar sobre todo el significado que encierra esta semana? Vive el presente. Que esta no sea una semana más.

 
 
 

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