Una Nota del Vicario: 31 de agosto de 2025
- Father Ben Bray
- 27 ago
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Muchos de nosotros estamos regresando a la escuela o preparándonos para los eventos de fn de verano y comienzo de otoño. Con este aumento en la actividad, es importante recordar la importancia de la misa dominical. Como católicos, estamos obligados a asistir a misa semanalmente, ya sea el sábado por la noche o el domingo. Esto proviene del 3er mandamiento de santifcar el Día del Señor. Con esto, Dios nos pide que descansemos del ajetreo que empapa nuestra cultura. La Misa nos permite reiniciar y recordar que no estamos hechos para correr todo el día, sino para estar con Dios en la adoración y disfrutar del tiempo con los miembros de la familia / seres queridos.
Desafortunadamente, muchos católicos justifcan faltar a misa debido a deportes, festividades de la noche anterior, vacaciones, entre muchas otras razones. Podemos poner excusas, pero ¿hemos pensado en lo que este ejemplo les dice a nuestros hijos, familiares y amigos? ¿Cómo podemos decir que Dios es importante si no podemos darle al menos un par de horas el fn de semana?
No pretendo ser condenatorio, pero debemos hacernos estas serias preguntas. Y lo entiendo; Puede que la misa no sea el evento más emocionante del mundo. Yo también me canso y sería bueno tener un descanso de la celebración de varias misas durante la temporada de fútbol!! Sin embargo, la Misa es donde nos alimentamos del Cuerpo y la Sangre de Jesús, escuchamos la Palabra de Dios y tenemos un encuentro personal con Él, si tenemos un corazón, una mente y un alma abiertos.
Me gustaría recomendar una práctica herramienta en línea llamada masstimes.org, donde puede buscar dónde se celebra la misa por fecha y ciudad. Le recomiendo encarecidamente que utilice este sitio web la próxima vez que esté fuera de la ciudad o encuentre un conficto en su horario.
Dios nunca se queda atrás en generosidad. Darle un par de horas el fn de semana organizará nuestras agitadas vidas, ¡pruébalo y verás! Sí, a veces podemos tener que hacer el sacrifcio de asistir a otra comunidad católica, despertarnos más temprano o incluso asistir a misa en otro idioma. Sin embargo, la Eucaristía y la Palabra de Dios siguen siendo las mismas, esperando liberarnos de un ajetreo enfermizo y disfrutar del amor de Dios y de los demás.
¡Que tengas una semana bendecida!
Padre Ben
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