Una Nota del Pastor: 7 de diciembre de 2025
- Father Todd O. Strange

- hace 3 días
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Como probablemente sabes, celebramos la memoria de San Nicolás la semana pasada. Casi todos conocen la conexión entre esta gura histórica (un obispo del siglo IV de Turquía) y la persona a la que nos referimos como Santa Claus (o “San Nicolás”, casado con la Señora Claus; vive en el Polo Norte; vestido de pies a cabeza de rojo y blanco, con botas y cinturón de cuero negro; conduce un trineo tirado por 8 [o 9] renos; bebe Coca-Cola; te observa en todo momento para evaluar tu comportamiento). ¿Cuál es la conexión?
San Nicolás nació en el año 270, en la actual región suroeste de Turquía. Sus padres murieron en una epidemia cuando él aún era joven, y fue criado por su tío—también llamado Nicolás—el obispo de Patara. El joven Nicolás ingresó en la vida religiosa y más tarde fue ordenado sacerdote. En el año 325, como obispo de Myra, fue uno de los muchos obispos que respondieron a la petición del emperador Constantino de asistir al Primer Concilio de Nicea, y fue uno de losobispos que rmaron el Credo Niceno.
Existen muchos relatos tradicionales sobre él que recuerdan su generosidad, bondad e incluso actos milagrosos, especialmente en benecio de los pobres o de quienes estaban en crisis. Debido a los muchos milagros atribuidos a su intercesión, también se le conoce como Nikolaos el Taumaturgo. Se hizo famoso por dar regalos en secreto, como poner monedas en las medias o zapatos de quienes los dejaban afuera para él.
Las historias de esta gura generosa fueron celebradas y difundidas ampliamente, incluso mientras su nombre evolucionaba al propagarse de una cultura y lengua a otra: Saint Nikolaos > Sint Nicolaas > Sinterklaas > Santa Claus.
Pues bien, no solo evolucionó el nombre, sino también San Nicolás—el hombre de Dios, el obispo—su identidad y su signicado. Seamos sinceros, Santa Claus ha sido reducido principalmente a una invención comercial. Y cualquiera que sea la conexión entre Santa Claus y la temporada que asociamos con él, la Navidad, el nacimiento de Jesús… bueno, es una exageración, en el mejor de los casos.
Si San Nicolás, obispo de Myra, pudiera ver cómo lo hemos llegado a considerar, me pregunto qué pensaría. Tal vez nos recordaría las hermosas verdades de nuestra fe que él defendió, como se proclama en el credo: “….Creo en un solo Señor Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos…..Por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María la Virgen, y se hizo hombre.” (Lee esa cita otra vez… lentamente).
Quizás él diría que, si al menos no deseas profundizar en esta verdad—et incarnátus est de Spíritu Sancto ex María Vírgine, et homo factus est—entonces no conoces al verdadero Santa Claus.
En Cristo,
Padre Todd O. Strange
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